De los mismos creadores del anterior sainete consular, viene una nueva entrega que catapulta meteóricamente mi carrera como dramaturgo.
Se me perdió la cédula
Personajes:
- Ciudadana
- Señora 2 del Consulado (Mimí)
Ciudadana: hola, vengo a sacar el duplicado de la cédula.
Mimí: (acomodándose su rubia cabellera) claro que sí mijitica.
Ciudadana: ¿Cuánto tiempo lleva el trámite?
Mimí: (untando de tinta los dedos de Ciudadana) Lo de ahora es rapidísimo, pero tiene que tener paciencia, mamita, que en unos meses nos mandan la cédula nueva.
Ciudadana: (mientras ponía las huellas digitales) Ah qué bien. ¿Qué más faltaría?
Mimí: nada, las foticos mi corazón. ¿Las trajo?
Ciudadana: sí, sí, mire, aquí están.
Un año, un mes y veintidós días después. Todos con ropa diferente. Mimí con el mismo peinado. Suena el teléfono.
Mimí: ¿Aló? ¿Ciudadana?
Ciudadana: con ella habla.
Mimí: Tesorito, con Mimí del Consulado. Usté disculpe que la llame a esta hora. Es sobre el trámite de su cédula, mamita linda.
Ciudadana: (con ilusión) Ah, ¿Ya está lista?
Mimí: No mi niña, usté sabe cómo son estas cosas.
Ciudadana: ¿Qué pasó?
Mimí: es que se me perdieron sus fotos, mijitica, y por eso no hemos comenzado el trámite.
Ciudadana: (enfadada) ¡Pero si hace más de un año que fui a hacer la diligencia!
Mimí: es verdad corazón, pero eso se soluciona fácil. Nada más traiga las fotos, que le recuerdo, son cuatro por cinco centímetros, de frente y fondo blanco. Espere y verá que eso sale rapidito. Por acá la espero.
Ciudadana se queda muda y cuelga el teléfono.
Yo creo que Mimí debe ir al salón de belleza. A lo mejor se le perdieron las fotos por estar de distraída, acomodandose la rubia cabellera.
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