jueves, 17 de noviembre de 2011
Las sirenas
Creo que cada país tiene su sonido particular de las sirenas. Todas se parecen, pero suenan diferente, hablan el mismo idioma con otro acento.
Por ejemplo, me acuerdo de las películas de Jean-Paul Belmondo, donde sonaban esas sirenas francesas. Ululaban así como bostezando, despacito, con sueño. Durante parte de mi infancia ese sonido significaba aburrimiento y Europa, hasta que me comenzaron a gustar algunas de sus películas. Me acordé de esto hace un rato, que pasó una ambulancia, no la vi, pero era una ambulancia. El sonido delata a las sirenas.
Lo que pasa es que también hay diferencias entre el tipo de sirenas. Las ambulancias suenan de una forma, las patrullas de policía de otra y los bomberos de otra. Creo que las más comunes en la vida real son las ambulancias, pero en las películas, los que suenan son los policías. Tanto es así que el sonido más famoso debe venir de las persecuciones en series gringas. De resto, al menos en Colombia o aquí, veo que la policía lleva las luces encendidas pero no suenan.
Decía que el sonido delata a las sirenas. La de los bomberos es tormentosa aquí en Buenos Aires. Si uno se para en la avenida Independencia va a darse cuenta de que en el camino a apagar un incendio, el camión de los bomberos va dejando un grupo de transeúntes sordos. No se imaginan lo que es despertarse así, a las dos de la mañana. Es una sirena cuyo sonido no puede describirse sino como durísimo.
Pero también hablan mucho de las ciudades. Las sirenas en las ciudades pequeñas van dejando gente preocupada en el recorrido. Me acuerdo en Sincelejo que pasaba una ambulancia y mi abuelita, con genuina preocupación decía “qué habrá pasado”, luego el chisme de lo que había pasado iba delante de la sirena, que alguien se enfermó o que atraparon un ladrón. En una ciudad grande, como Bogotá o Buenos Aires, las ambulancias pasan y uno ya ni se inmuta, menos con esos programas de asistencia médica en que mandan una ambulancia por una tos.
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Eso de las sirenas en las ciudades grandes es muy cierto. Ya no les paro ni cinco de bolas.
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