Llega la primavera y anuncia cambios

El miércoles 21 de septiembre llegó la primavera a Buenos Aires. “Estaré unos tres meses, en este país que me encanta”, dijo justo al llegar.

El viernes, sin embargo, hubo protestas en varios sectores de la ciudad. “Estamos a punto de un cacerolazo”, gritaban muy abrigados los manifestantes. Reclamaban por los dos días invernales que siguieron a la llegada de la primavera. Un comité técnico de la Organización de Países de la Zona Templada Sur (Ozotesur) se reunió ayer para encontrar soluciones, promover unos grados más de temperatura y poner fin al descontento de la gente.

El ambiente en la calle era tenso. “Ayer en musculosa y mirá hoy, con este saco”, decía ofuscada una señora frente a un café que daba la bienvenida a la primavera con un letrero en papel de colores, en una de sus vitrinas. Sobre el andén estaban las mesas, vacías, que no se sacaban desde abril.

Hoy sábado en la mañana un vocero de la primavera leyó un escueto comunicado, donde se mencionaban los primeros cambios y que, se rumora, es el resultado de la gestión de la Ozotesur. “No es la primera vez que debemos hacerlo”, dijo un miembro de la organización que pidió reserva de su nombre.

El comunicado, entre otros, anunció el aumento gradual de la temperatura y el reverdecer de diversos tipos de plantas y árboles. Igualmente se habló de la cooperación de la Ozotesur para el seguimiento y evaluación del proceso, y que de ser necesario habría vigilancia de un grupo de países amigos.

Se reveló que el 72% de las personas admitieron estar optimistas con respecto a la situación, justo después del anuncio de la primavera, según informó la encuestadora Pappas & Grimaldi. Una minoría, el 21%, se declaró pesimista o escéptica. El resto, 7%, no sabe o no responde.

Al parecer los cambios se han ido sintiendo. Se han comenzado a guardar los sacos pesados, las cobijas y a apagar los calentadores de ambiente.  Se espera que la comisión de energía de Ozotesur anuncie en unas semanas si ha disminuido el consumo de energía destinada a la calefacción de los hogares en los países que la integran.