miércoles, 29 de junio de 2011

Fútbol profesional 2

Viene de Fútbol profesional 1

Para mi sorpresa, resulta que conocía a varios jugadores y a los dos directores técnicos. Por el nombre y a algunos por la cara. Supuse que me había convertido sin darme cuenta. Pero no, comencé a recordar. Los conocía por haber jugado Fifa en el Play Station (donde los jugadores famosos se parecen a su avatar), porque había escuchado el precio de algunos de ellos, en millones de euros, o porque tienen una novia famosa.

El partido, debo reconocer, me pareció muy bueno. Los jugadores se hacían pases largos, aéreos que llaman, y le llegaban a un jugador de su mismo equipo, cosa a la que no estamos acostumbrados en la liga de Colombia ni en los partidos de la Selección. Otra cosa impresionante era la velocidad con la que jugaban, los

martes, 28 de junio de 2011

Fútbol profesional 1



En 2009 conocí a Augusto Jacquier, un joven periodista de Rosario, un tipo inteligente y muy creativo que hizo el documental de arriba (Herejes) y del que recomiendo vean la segunda y tercera parte. Me gusta este documental porque define bien dos cosas: gente que se le mueve la fibra con el fútbol (que es mucha en Argentina) y gente a la que no (que parece, es poca).

El documental ayuda para ilustrar mi situación y es que en términos futbolísticos yo soy un moderado, estoy en la mitad de esas tendencias y muchas veces al lado de la gente que no se muere por el juego. Ni por un equipo. Así que si hay un plan de ir a ver fútbol, pues voy y lo disfruto, pero me he perdido partidos sin mucho drama por hacer otras cosas.

domingo, 26 de junio de 2011

Pasajero



Hace un tiempo me dieron un libro que aprecio mucho, de Gustavo Adolfo Bécquer. Y como conocía tan poco de él, me puse a investigar. En la búsqueda encontré un artículo sobre un artículo que escribió el poeta sobre un viaje en tren. Entre las mil cosas que decía, contaba lo siguiente: ”Es triste recorrer en medio de la noche esta línea de ciudades que parecen otros tantos sepulcros donde yacen nuestras glorias, nuestro poder y nuestras tradiciones de grandeza.”
Y yo pensaba que era el único con esa sensación de desolación que dan los viajes nocturnos.
Creo que la desolación es porque en esos viajes el equipaje pesa menos que la incertidumbre. Y éste, el vuelo nocturno en el que llegué a Buenos Aires, es la confirmación de la regla. Con ésta ya son cinco las ciudades en las que he vivido. No sé cuánto tiempo me quede aquí y no sé que va a pasar. En todo caso, espero contar cómo va la vida del extranjero (que seguramente es una idea poco original). La contaré hasta que me se me esté afectando el acento, y eso indicará que es hora de irse o de cerrar este blog. Vaya uno a saber.