El miércoles 21 de septiembre llegó la primavera a Buenos
Aires. “Estaré unos tres meses, en este país que me encanta”, dijo justo al
llegar.
El viernes, sin embargo, hubo protestas en varios sectores
de la ciudad. “Estamos a punto de un cacerolazo”, gritaban muy abrigados los
manifestantes. Reclamaban por los dos días invernales que siguieron a la
llegada de la primavera. Un comité técnico de la Organización de Países de la Zona Templada Sur (Ozotesur) se reunió ayer
para encontrar soluciones, promover unos grados más de temperatura y poner fin al descontento de la gente.