Viene de Fútbol profesional 1
Para mi sorpresa, resulta que conocía a varios jugadores y a los dos directores técnicos. Por el nombre y a algunos por la cara. Supuse que me había convertido sin darme cuenta. Pero no, comencé a recordar. Los conocía por haber jugado Fifa en el Play Station (donde los jugadores famosos se parecen a su avatar), porque había escuchado el precio de algunos de ellos, en millones de euros, o porque tienen una novia famosa.
El partido, debo reconocer, me pareció muy bueno. Los jugadores se hacían pases largos, aéreos que llaman, y le llegaban a un jugador de su mismo equipo, cosa a la que no estamos acostumbrados en la liga de Colombia ni en los partidos de la Selección. Otra cosa impresionante era la velocidad con la que jugaban, los
contragolpes eran rapidísimos, solamente había visto correr así al T-1000, el terminator malo. El manejo de cámaras estaba a la altura de las películas, los paneos, los primeros planos. Los uniformes blancos del Madrid ni se ensuciaron de verde con la barridas sobre el césped, como para un comercial de blanqueador de ropa... o de césped que no destiñe. Todo se veía muy profesional, hasta el peinado de Mourinho (no digo nada de Guardiola porque no tiene pelo).
El partido me pareció buenísimo y me sentí un poco ignorante cuando leo lo que dijo Juan Villoro, el escritor y periodista que escribió un libro de fútbol que se llama "Dios es redondo". Pero a pesar de eso aprendí una cosa importante, el fútbol que vale la pena no es el que figura en los suplementos deportivos, sino el que aparece en el Financial Times, en las revistas del corazón y el de equipos cuyos jugadores tienen un avatar muy fiel en el Fifa de Play Station.
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