domingo, 7 de octubre de 2012

Elecciones 2012



Ha habido muchas aventuras hasta hoy, pero probablemente las elecciones presidenciales sean el evento mayor. Por primera vez en 14 años parece que la votación va a estar reñida, pero más allá de eso, y de lo que significa para los venezolanos y para los vecinos, el ambiente en la ciudad merece un capítulo aparte.


Domingo 30 de septiembre
En la calle muchas personas llevaban las gorras con la bandera de Venezuela, el símbolo de Capriles. La causa, era el mitin de la oposición en Caracas. Algunos llevaban también la camiseta de la selección de fútbol. La congregación se hizo sobre la avenida Bolívar. Mucha gente.

Lunes 1 de octubre
Los simpatizantes de Capriles comentan lo esperanzados que están. La marcha del día anterior fue una inyección de moral. Por la calle pasan caravanas de carros y motos avivando a Chávez, todos vestidos de rojo, "Chávez corazón del pueblo" cantan los parlantes en un camión grande. Retumban los vidrios. Ese día tuvimos una reunión informal y espontánea en la que me dijeron cuáles son las precauciones para el fin de semana de las elecciones: comprar comida y velas, sacar plata del cajero y evitar salir "porque podía haber disturbios".

Martes 2 de octubre
Se hacen los análisis y sobreanálisis para saber cómo recibir el lunes 8, cuando se sepa el resultado de las elecciones. "Podríamos juntarnos todos, porque la conversación es la misma" decía una amiga mientras almorzábamos en un comedor donde cada mesa giraba en torno del mismo tema.  "Hoy a las tres de la mañana me llamaron para votar por Chávez", contaba otra. 

Miércoles 3 de octubre
Fui a sacar plata, a comprar velas y comida. Los supermercados estaban llenos de gente, haciendo compras nerviosas. Mi mercado era bastante más chico que el de los demás: salchichas, agua, las velas, fósforos y verduras, total, es un fin de semana. Los demás llevaban mucho aceite, papel higiénico, atún y pasta. La fila del supermercado es larga.

Jueves 4 de octubre
Chávez va a la misma avenida en Caracas donde estuvo Capriles y otra vez se llena, pero esta vez de los seguidores vestidos de rojo. La polarización se intensifica. Chávez va hablar dos veces y sólo lo hace una. Se cierra la campaña, se comparan los llenos de las avenidas, de las ciudades, de los pueblos, con seguidores de unos y otros. Pero si de algo han estado llenas las calles es de rumores y especulaciones. Llueve durante la tarde.

Viernes 5 de octubre
Comienza la veda electoral y se intensifican los análisis. En Argentina y Colombia se presta atención a la elección, los medios las comentan. En Twitter opinan de todas las nacionalidades sobre las campañas. Se opacan las observaciones sobre el debate Obama-Romney del miércoles, es un tema secundario. Se acerca el día y una señora me dice que se siente como en la víspera de año nuevo. Es viernes en la noche y la intensidad de Caracas se desapareció, no sé a dónde fue a parar el tráfico, la ley seca tiene cerrados muchos establecimientos y hay mucho silencio. Los supermercados están abiertos, pero vacíos de gente y de cosas.

Sábado 6 de octubre
Parece un sábado normal, pero sí hay un ambiente diferente. Es como un sábado de vacaciones decembrinas. En la tarde aparecen patrullas de 15 a 20 policías en moto, recorriendo las calles de Chacao. Los supermercados tienen un segundo aire, de gente y de cosas. Los furgones de las casas de valores no operan, así que no hay abastecimiento de efectivo para los cajeros electrónicos. En la noche Chávez sale en una rueda de prensa con los corresponsales extranjeros que vinieron a cubrir las elecciones. Comienza a caer un aguacero. Escucho un ruido que se repite y va aumentando: es un cacerolazo, una manifestación ruidosa e invisible en medio de la lluvia. La gente cacerolea desde las ventanas.

Domingo 7 de octubre
Aquí estamos esperando.

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